Es:Logia Rosario de Acuña

Aus Freimaurer-Wiki
Version vom 19. März 2019, 09:27 Uhr von Urbantactics (Diskussion | Beiträge)
(Unterschied) ← Nächstältere Version | Aktuelle Version (Unterschied) | Nächstjüngere Version → (Unterschied)

Logia Rosario de Acuña

De Victor Guerra Garcia


Un cuarto de siglo después del levantamiento de columnas de la primera logia que se asienta en Gijón en 1850, a través del impulso de tres hombres: José Victory, Joaquín Cabrera y Jesús de Gracia, y de los sucesivos proyectos habidos en esta tierra, tanto en el seno del Gran Oriente Francia con el proyecto que se da en la ciudad de Gijón en 1871, que acabamos de presentar y que también concluye años más tarde sobre 1875.

Hubo otros proyectos y otras logias bajo los auspicios de otras Obediencias, muy famosas y prolijas en su desarrollo y presencia, en el seno de la sociedad asturiana, tanto ovetense como gijonesa, sin descuidar otros talleres que se dieron en Belmonte, Bimenes, Luarca, Trubia, Navia o Aviles, sin olvidar los triángulos de Turón o de Nava.

Pero el Gran Oriente de Francia ya no estará presente en esa evolución, salvo tangencialmente cuando la alargada sombra del general Franco se cierne sobre el trabajo masónico y sea, entre otras Obediencias, el Gran Oriente de Francia quien recoja fraternalmente a los españoles exiliados en los distintos talleres, o coopere a organizar la evacuación de los republicanos españoles de los insanos campos de

Gran Oriente de Francia retornara de nuevo

Pero han tenido que pasar múltiples procesos, a veces hasta rocambolescos, para que el Gran Oriente de Francia retornara de nuevo a los Valles de Gijón, y lo va hacer de la mano de nuevo de otros tres masones, en esta ocasión la componente de origen de los fundadores va a tener un carácter más autóctono puesto que dos son gijoneses, y un tercero es oriundo de Malleza, (Salas) y que van hacer retornar tras la friolera de 126 años de la ausencia de la actividad masónica de carácter francés que representa en este caso el Gran Oriente de Francia a Gijón.

Aunque este regreso no llevó como en los casos anteriores una inactividad o ausencia de los trabajos masónicos, sino que en ese ínterin la ciudad de Gijón vio levantar columnas de otras logias y Obediencias, tanto en el siglo XIX, amén de los ya citados tenemos las siguientes logias: Amigos de la Humanidad nº 61 (1889-1894) La Perla del Cantábrico nº 75 (1891-1892) La Razón nº 124 (1878-1888), Ciencia y Virtud nº 128.

En siglo XX, se cuenta en la historia de la ciudad con las logias y triángulos siguientes: T\ AMESE nº 68 (1911) T\ Evaristo San Miguel (1923) y luego las logias: Jovellanos (1912-1938) Riego (1923-1936) Astúrica (1925) López del Villar (1933) y el Capítulo Rosacruz Alberto de Lera (1933), tiempo este último en que hubo un predominio en la atomización de trabajos bajo la tutela de la Gran Logia Regional del Noroeste, y dependiente todos del GOE, a excepción del taller levantado por los hermanos bombona, que bajo los auspicios de la Gran Logia Española levantaban en Gijón la logia Astúrica que fueron todos ellos los buques insignias de la masonería regional con logias tan importantes como la Jovellanos.

Tras un largo proceso inquisitorial por parte del franquismo que duró sus cuarenta años llenos de días y noches, retornó la masonería con la incipiente democracia y lo hizo a través de aquellas viejas gentes que retornando desde el exilio de México o de Francia ponían de nuevo la ilusión en colocar el bastión masónico en la nueva España, y lo hizo como era de suponer preñada de inquietudes y de problemáticas tan singulares como singulares eran los periplos de los retornados, con visiones tan distintas y en ocasiones tan contradictorias, pues no en vano los periplos americanistas y franceses arrojaron una singular visión de la España y del quehacer político, que tuvo su correspondiente replica en el asentamiento de la masonería española de 1978.

La evolución o llegada a las tierras asturianas de la masonería se hará de rogar y lo hará mediante la presencia de una Gran Logia Masónica Asturiana, que trajo tantos quebraderos de cabeza a sus integrantes allá en la decaída de los 90. Será concretamente en abril del 1.992 cuando se presente ante la delegación del gobierno del Principado de Asturias los estatutos de esa Gran Logia de carácter “salvaje”[1] como ellos mismo recogen ,y que se conforma alrededor de las logias Hermes y Clío, y Mercurio Activo. Aunque su capitalidad la van a tener en Oviedo en la calle Postigo Bajo. Talleres que terminarán derivando sus problemas internos en los juzgados, dos años más tarde.

Los periplos masónicos asturianos son escasos y ello hace que en parte aquellos que seguían en la luz masónica, tuvieran que hacerlo en los valles de Madrid, volviendo a encontrarse nuevos y viejos mimbres astures en la Gran Logia Simbólica Española, y que pronto la llegada de nuevos miembros y refuerzos y la insistencia del gastrónomo José Juan Iglesias del Castillo, Venerable el nuevo taller que se va abrir en el Oriente de Gijón, una logia que aunque recoge el título distintivo de la primera: Los Amigos de la Naturaleza y Humanidad, ésta se pondrá bajo la tutela de una masonería adogmática y liberal como la Gran Logia Simbólica Española (GLSE) que aquellos momentos presidía el jurista alavés Javier Otaola. Estamos hablado que esto sucedía en 1998.

En ese ínterin y buscando los miembros salientes del proyecto de la GLSE establecido en Gijón una Obediencia dispuesta a abrir trabajos en Asturias, pero con orientaciones racionalistas, y adogmáticas desde el punto de vista de interpretación de las Constituciones de Anderson, Gijón vuelve a ser sede de un proyecto alineado bajo la visión anglosajona y más conservadora de la masonería que representa la Gran Logia de España, que abre en Gijón un taller de la mano de su Gran Maestre Ton Sarobe, que luego sería irradiado, y que toma como título distintivo del Luces Miles o más comúnmente Caballeros de la Luz [2]. Y que presidiría por poco tiempo David Rivas Infante miembro de la Organización política Andecha Astur.

LA LOGIA ROSARIO DE ACUÑA

Al igual que en los casos anteriores, la llama masónica que en algunas personas no se apaga nada más que con le periplo vital dos masones de la década de los 90: Paulino Lorences, Maestro Masón (3º) y Ricardo Fernández Rodríguez, Compañero Masón (2º) , provenían ambos del malogrado proyecto de la Gran Logia MasónicaAsturiana, en la que hubo una alta y cualificada participación, aunque terminó como el rosario de la aurora, y algunos de sus miembros terminaron sumándose a otro plan menos “salvaje” y más enraizado en la cultura y regularidad masónica que representaba en esos momentos la Gran Logia Simbólica Española, (GLSE) encarnado esa incorporación a la logia madrileña Gran Atanor nº 27, de la GLSE, en la cual se circunscribe todo el grupo de masones asturianos y vallisoletanos que trabajando de forma conjunta alternando la sede de los trabajos de forma alternativa, coinciden con otra pieza del núcleo que conformará la piñata del GOdF en Gijón.

En ese contexto me inicio (Víctor Guerra García), en esta logia madrileña el 14 de diciembre de 1997, y que más adelante conformaré el primigenio triángulo Rosario de Acuña dependiente del GOdF.

Tras numerosos viajes a Madrid y Valladolid para la realización del trabajo masónico, actividad y viajes que va desmoralizando a un sector, concluye toda esa actividad con la fundación de una logia en Asturias, con base en Gijón que toma de la antigua tradición masónica gijonesa el título distintivo: Amigos de la Naturaleza y Humanidad, pero esta vez trabajará bajo los auspicios de la GLSE, trabajo con mucha precariedad de medios y recursos, reuniéndose en hoteles, casas particulares o restaurantes, y con la concurrencia de masones de los valles de Valladolid, o asistiendo a éstos cuando realizan sus tenidas en dicha ciudad castellana.

Esta situación muy dura en la condiciones de trabajo, gasto y concepciones, unido al desconocimiento masónico de unos, y las discrepancias y desencuentros personales pero también de proyección y de concepción masónica, todo ello van aflorando cada vez más,.... y máxime cuando el grupo asturiano va cogiendo madurez y conocimiento sobre la estructura masónica de la GLSE.

En el taller gijonés bajo la égida de la GLSE, pronto se van darán dos visones distintas: una de carácter deísta y muy enraizada en el simbolismo de René Guenón, y por tanto influida por conceptos y materias que la otra visión que se daba en el taller creía que debía estar exenta y que se constataba como contaminaciones de la masonería. Estos últimos Hermanos entre los que yo me alineaba formando corriente más racionalista y laica,, que bien representaba el Gran Oriente de Francia, pero cuya idiosincrasia desconocíamos, imbuidos como estábamos en el albur masónico español.

La falta de entendimiento entre algunos miembros y con posturas cada vez más contrapuestas, apura la salida sin otra opción de varios miembros que encabezo en una tenida-agape e Cangas de Onís , donde entrego el mandil a los lideres de esa primeriza logia: Pepe Igleisas y Juan Carlos Daza

En esa inestabilidad y divergencia intervienen en gran medida las directrices que marcan desde el Oriente de la logia gijonesa, José Juan Iglesias del Castillo como Venerable y Juan Carlos Daza, como 1º Vigilante, que van dotando a la logia de un corpus simbolista cada más esotérico, como en parte lo demuestra la edición del diccionario delJuan Carlos Daza sobre la masonería, en cuyo tomo hace compone un extraños corpus masónico mezclando cábala, esoterismo, hermetismo con la tradición masónica,.

Si bien las dos concepciones pudieron haber sido complementarias, no se logra el consenso entre los dos grupos, en tanto que unos estaban muy alineados en la estructura escocista y simbolista guenoniana, con una práctica muy interna y negándose a una proyección exterior, el otro pequeño grupo conformado por Paulino Lorences, Ricardo Fernández y Víctor Guerra empezaba a tener claro que hay había otras maneras de ver y ejercitar la masonería, con una proyección más vital y social, al estilo de la masonería francesa y relacionándose con el entorno masónico del resto de la península, aunque por en medio estaba también las propias contradicciones de la Obediencia en España.

Tras diversos tira y afloja, las divergencias son cada vez mayores, y no se accede a la petición de la creación de un triángulo dependiente de la logia, de tal forma que pudiera haber bajo el mismo paraguas obediencial dos concepciones distintas como bien recogía que pudiese ser la GLSE, aunque la Obediencia como tal en manos de Javier Otaola en aquellos momentos desconocía bastante la situación interna, magnificándose una vez la organización en base a baronías y reinos de Taifas un tanto aislados unos de otros, como bien se magnificó en la entrega de Carta Patente de la logia gijonesa en Madrid, donde el VM Pepe Iglesias, se quedó en el ágape totalmente aislado, al igual que el grupo asturiano, ya que la figura central era Javier Otaola y su Gran Consejo.

Finalmente el grupo citado Paulino, Ricardo y el que suscribe, concluye su presencia en la GLSE, solicitando su Plancha de Quite, la primera que se presenta es la mía (Victor Guerra) es la mía como Aprendiz y la cual se produce en 1999, después de un intento de volver a atraerme a la logia por parte de Ricardo Fernandez y Paulino Lorences, estos abandonan la GLSE al vez que yo no cambiaba de opinión y a partir de ese momento se abre un largo paréntesis en el cual los tres citados masones ya en plena facultad de movimiento iniciamos la búsqueda de una Obediencia que recogiera nuestras inquietudes, una vez descartada la GLSE, y el DH, éste último por creerlo aún muy ubicado en la línea simbolista, y porque en parte resultaba más idóneo para nuestras particulares visiones una figura aún lejana en esos momentos, y que representaba muy bien el Gran Oriente de Francia.

Se había mirado hacia el Gran Oriente de Francia, Obediencia que había tenido logias en Asturias, y que además conocían de primera mano tanto Paulino Lorences como Ricardo Fernández, pero de refilón y el desconocimiento en esencial del GODF, casi que era supino pero mediaba para que dicho proyecto fructificara que el Gran Oriente de Francia quisiera o se decidiera ocupar masónicamente suelo español, cosa que finalmente se hizo a través de un largo proceso en el cual participaban logias en parte desgajadas de la GLSE, y de la Gran Logia de España, y de ahí que todo parte de la Respetable Logia Blasco Ibáñez, que lideraba Juan Antonio Sanchez (Jass) y Sorolla al oriente de Valencia y Constante Alona al Oriente de Alicante que lideraba Rafael García Messeguer.

De éstos dos talleres mencionados retornaría la presencia a España del Gran Oriente de Francia de la mano de las logias Blasco Ibáñez y de Constante Alona, logia en la que precisamente se inicia una personalidad que aunque no era gijonesa, sino valenciana, tendrá mucho que ver con Gijón constituyéndose en todo un símbolo, la librepensadora Rosario de Acuña.

De nuevo había presencia en suelo patrio del trabajo masónico de carácter adogmático, liberal y laico que representa la masonería francesa cuyo liderazgo ejerce el Gran Oriente de Francia, y que incorpora como miembros de pleno derecho y reconociéndoles como masones a: Paulino Lorences, Ricardo Fernández y Víctor Guerra, con fecha de abril del 2001 y en la cual prometen respetar, lo que en parte venían desde tiempo persiguiendo:

Trabajar en una “institución esencialmente filantrópica, filosófica y progresiva, la francmasonería tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad Trabaja por el mejoramiento material y moral, y el perfeccionamiento intelectual y social de la humanidad. Tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto a los otros y a uno mismo, la libertad absoluta de conciencia. Considerando las concepciones metafísicas como del dominio exclusivo de la apreciación individual de sus miembros, ella se abstiene de toda afirmación dogmática y tiene por divisa: Libertad, Igualdad y Fraternidad”[3].

Atrás habían quedado los tiempos de Murat, o la discusión sobre la obligatoriedad del GADU en los trabajos masónicos del GOdF, las ideas racionalistas y de proyección se habían abierto camino entre el esoterismo y simbolismo mesiánico que otros predicaban, y ahora había ocasión de presentar ante los asturianos una Obediencia liberal y laica, con una pujanza de 45.000 miembros y casi 300 logias, y abierta reconocer aquellos que desde posiciones agnósticas o ateas podrían picar libremente a sus puertas de la masonería.

Con ello se deshacía la vieja contradicción que se ha dado en buena parte de la masonería española que suponía trabajar desde dichas concepciones de agnosticismo o ateismo, o de carácter republicano en logias u Obediencias que invocaban todos sus trabajos al GADU, haciendo de este concepto un chicle tan extenso y digerible en tanto en cuanto que para unos era la trascendencia y para otros podían ser el bing bang o algo etéreo, y teniendo que jurar en muchos casos o prometer sobre Biblia, o libros blancos y practicando rituales con viejas y prístinas presencias cristianas y caballerescas.

La incorporación de los elementos asturianos se hace a través de la logia Blasco Ibáñez de Valencia, que pronto se construyen en Triángulo y vuelven a repetir en parte el ciclo que se había dado durante la primera y segunda experiencia masónicas dentro del GOdF en Asturias, presión por ser reconocidos como tal, ralentización administrativa de la logia de la cual se depende, extravío de documentaciones, unido todo ello a una expectante paciencia por parte del GOdF en ver que va sucediendo al Sur de la región del sureste francés, y observando el cariz que toma el proyecto español del GOdF, muy criticado por la GLE y en parte por la GLSE, que ven invadidos sus dominios territoriales.

Proyecto gijonés

Si bien el proyecto gijonés de un establecimiento de una masonería adogmática y laica, no parece en principio que tenga fuerza, pues se solapan a su presencia la de otros grupos masónicos bajo la égida de la GLE, o el otro sector de la masonería mixta dependiente de la GLSE, que tras pasar por diversos periplos concluye con la culminación de una pequeña logia sobre la reconstrucción de la anterior, pero ahora optando por otro título distintivo: La Indivisible [4]; la prueba esa fuerza esta ahora demostrada con el levantamiento de columnas.

Así es como el proyecto del Gran Oriente de Francia en Asturias, va renaciendo, abriéndose paso poco a poco, y dando a conocer a través de artículos y diversos trabajos de investigación que la masonería ha tenido peso en la región, y que el GOdF, ocupó un importante espacio en esa sociabilidad masónica de comienzo y finales del siglo XIX.

Ese trayecto y proyecto masónico se va consolidando al tener ya un reconocimiento como futura logia, que se aprueba definitivamente el 29 de enero del 2003 en el seno del Congreso Regional celebrado en Toulouse que aprueba la constitución de la futura logia Rosariode Acuña al Oriente de Gijón.

Llama la atención que una logia como la gijonesa adscrita al GOdF, tomara en esos momentos como título distintivo el de una mujer. La intención de esta preferencia por la figura de Rosario de Acuña, tiene su base mostrar una inclinación hacia una masonería que se concibe por este grupo como mixta, pero las opciones y posibilidades son las que hay, el adoptar un titulo distintivo como el de Rosario de Acuña, ya deja clara la proyección social, política y cultural que desea tomar como taller, a ejemplo de la que ejercitó la también masona Rosario de Acuña iniciada en la Respetable logia Constante Alona de Alicante y en la cual adoptó el simbólico de Hiparía.

Por otro lado la aceptación de tal patronímico es una reivindicación del librepensamiento que tan bien defendió desde diversas páginas la librepensadora madrileña, pero gijonesa de adopción, y que constituyó todo un símbolo para las clases menos pudientes de la sociedad gijonesa.

Así es como la logia Rosario Acuña a día de hoy presenta unas columnas preñadas de la presencia de 13 masones, empeñados en la puesta en valor de la masonería laica y adogmática y liberal que representa la masonería que proyecta el Gran Oriente de Francia, que esperamos rompa el círculo histórico en que se movió la masonería francesa en Asturias.

He dicho en Villaviciosa en el día de la republicana efeméride del 14 de Abril del 2004

De Victor Guerra Garcia