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Masonería Francesa 1

Fuente: Mauricio Javier Campos Masonería

Este archivo de acopio documental y bibliográfico es parte de un proyecto global de investigación iniciado a partir de las inquietudes personales de un compañero masón. Actualmente el Archivo Masónico de Argentina cuenta con un patrimonio aproximado de 400 documentos y varios miles de páginas e incluye piezas del siglo XIX hasta la actualidad. El autor también impulsa el Centro de Estudios Virgilio Lasca y colabora con la Agenzia Massonica Italiana.

Visiones peligrosas de la Masonería Francesa

Los Conventos: 1946-1952

Estos trabajos de recuperación histórica sobre el Gran Oriente de Francia implican una colaboración muy estrecha con el H.´. Ricardo Fernández, editor de "Memoria Masónica".


Segundo capítulo de "Los Grandes Orientes de Francia y Bélgica después de la Segunda Gran Guerra: de las cenizas a la acción".

"Entre los puntos de interés, juzgamos oportuno mencionar el relativo a la "Recepción de las hermanas del Derecho Humano, como visitantes de las Logias" (...) Considerando la necesidad de aportar una nueva solución al problema de la admisión de las mujeres en la Francmasonería (...) Comprueba que la Convención de 1921 con el "Derecho Humano", permite el mantenimiento de relaciones permanentes y cordiales con esta Obediencia. En consecuencia: El Convento se pronuncia por el mantenimiento del "statu quo", y estima que la participación de los HH.´. del G.´. O.´. D.´. F.´. en los trabajos del "Derecho Humano", así como la organización de Tenidas Blancas, nos permiten trabajar con nuestras hermanas en obras comunes y constituyen el mejor testimonio de simpatía para la actividad de la Obediencia Mixta del "Derecho Humano" en general y de nuestras hermanas en particular". Del Convento de 1948 - Gran Oriente de Francia.

"Pero hay que cuidarse de estos muertos de gesto manso y que solo saben decir frases conciliadoras. Cuando menos se piensa, levantan la losa bajo la que yacen y, con gesto categórico, ofrecen a su pueblo oprimido el ansiado desquite". Luis Jiménez de Asúa.

"Nadie ha visto sonreír a un terrorista o esbozar una sonrisa a un severo conservador cristiano. Generalmente son tan tristes que parecen que fueran a su propio entierro. Basta ver sus rostros crispados. No es raro que sean reaccionarios y hasta violentos".

Leonardo Boff. Clarín 24/3/12.


Notas

Después de la Segunda Guerra Mundial, el Gran Oriente de Francia retoma sus trabajos con renovado vigor, siempre manteniendo intacto su ideario adogmático y laico, su postura como entidad inserta en lo social y en las problemáticas de su tiempo. Avanza desde una situación precaria en todos los aspectos, de la mano de Grandes Maestros como Francis Viaud o Arthur Groussier.

Se muestra al desnudo en estas crónicas de la época, revelándose un prolijo rescate documental del Gran Oriente Federal Argentino - G.O.F.A., eco de la notable influencia de la Masonería de raíz latina en Sudamérica por aquellos años. Incluidos el Grande Oriente Español en el exilio y el Gran Oriente de Bélgica.

En los textos es manifiesta la vocación de restablecer la dignidad dañada de los pueblos y las personas. Entre otros tópicos resulta explícita la preocupación del G.O.D.F. por la inclusión de la mujer en las Logias, cincuenta años antes de la adopción de la mixticidad por esta Potencia. La cálida interacción con otras Obediencias como el Derecho Humano, o el trabajo en común con la Gran Logia de Francia durante la contienda bélica.

Como reflejo de la cuestión de la mujer y su activa participación en Masonería, esta situación fue abordada en Sudamérica por el G.O.F.A. y uno de sus principales ideólogos, el doctor Virgilio Lasca, autor de una muy completa obra jurídico-masónica.

No se puede obviar la presencia de la Orden del Derecho Humano, ya muy afianzada en el país en el segundo decenio de siglo XX y, en el período de 1932 a 1944, una destacada presencia de la también mixta Gran Logia Simbólica Provincial de Santa Fe, que llegó a contar con 10 Logias y 250 miembros, incluidas numerosas mujeres y un Taller con el nombre de "Hijas de la Unión 17".

Con acertado acento premonitorio, esta última Obediencia, practicante del Rito de Menphis Misraim, publicó en su editorial del boletín oficial Nº 23, en su segundo año de edición, octubre de 1933, el siguiente artículo, previo al conflicto armado:

Adolf Hitler, ante el Humanismo y la Masonería: "Si fuera dable establecer un parangón simbólico para dejar sentada la antipodia de los conceptos enunciados en el título, sobre una columna que representara el ideal humanista, erguida al encuentro del sol y expuesta al soplo de todos los atributos eólicos, colocaría en la parte superior el símbolo que sintetiza los postulados magnánimos de la Masonería y a ras del suelo, la figura de Adolf Hitler. No habría en este expresivismo, más elocuencia que la que emerge de la justicia estrictamente discernida ni mayor precisión de la que surge de la verdad lealmente aplicada. Adolf Hitler, no es un tirano. Para serlo fuérale menester reunir requisitos primordiales que la Naturaleza -siempre sabia- le ha negado. Adolf Hitler, no es dictador ni aún en el estrecho ejido de su solar doméstico y su ascensión al gobierno no constituye sino la conjuración propicia de acontecimientos imprevisibles, que tuvieron por otra parte, un escenario apto, moral y psicológicamente, para la fecundación de la semilla corrosiva diseminada por el líder nazi. Adolf Hitler, no es un déspota. No reúne ninguna de las cualidades ni características que significaron la idiosincracia de los personajes imbuidos de manía omnipotencial. Surge espontáneamente un interrogante: ¿Qué es entonces Adolf Hitler y qué significado trasunta en el decurso del proceso histórico del pueblo germano?... En nuestro modesto concepto Hitler es la nada, convertida en algo por arte de encantamiento, pues es bien sabido que una colectividad, al representar una conjunción de personas identificadas recíprocamente en múltiples aspectos de su personalidad individual, está igualmente propensa a experimentar el influjo maléfico y misterioso de todas las brujerías y malas artes, que pudieran amenazar la integridad del individuo. Esta pretendida explicación tiene solo un relativo valor empírico, y... francamente, es la única que por lo menos asigna -si bien es cierto que a un factor sobrenatural, imponderable y abstracto-, la causa generadora de semejante exabrupto para la civilización del Universo.

Adolf Hitler sintetiza en su torno los contrasentidos más apartados e inverosímiles. Con ser de nacionalidad austriaca, se enquista en el vigoroso organismo del pueblo germano, cuyas consecuencias para el futuro de esa nación han de ser funestas e irremediables. Es de origen judío -lo demuestra con todos los detalles genealógicos debidamente documentados una importante y seria revista del exterior- y se erige en el perseguidor más inhumano y encarnizado de sus propios hermanos de raza, a tal extremo que supera en algunas iniquidades a los sórdidos reductos de la obra de Torquemada. Su obra, destructora en su esencia y anarquizante por definición, no revela en ninguno de sus aspectos, el soplo alentador de alguna inquietud ni la llama vivificante del idealismo más elemental.. Es un autómata y juzgado como tal resulta que está inspirado y dirigido por el genio del mal, por el Tifón, en cuyos dominios negros e impenetrables nunca han desgranado sus efluvios de oro los destellos del astro rey. Nada ni nadie escapa a su manía persecutoria. Masones, judíos, católicos, protestantes, etc. Ante ninguno explica el motivo inductor de su fobia ni de su morbosismo y todos experimentan por igual la intensidad aterradora de sus fustazos y de sus zarpazos despiadados. Los únicos que tienen un buen pasar son los espíritus pardos, que tienen identificada, por antonomasia, su alma con el color de sus camisas. Esbozada la silueta de nuestro personaje, obvia destacar cuál es la posición a su respecto de la Masonería. Institución de principios liberalísimos y animada por nobilísimas inspiraciones de fraternidad e igualitarismo humanos..."

Volviendo a las actividades del G.O.D.F., este supo dar cabida en sus Asambleas Anuales al abordaje de cuestiones tales como la educación laica, evidentemente preocupada por el avance clerical en todos los aspectos de la vida cotidiana; la expansión de la Orden, los asuntos morales, los delicados y complejos planteamientos políticos y económicos de la época, o a al repetido reclamo de la paz de los pueblos; la reconstrucción de Europa y la profética visión de dejar plasmada en poco tiempo una confederación de naciones europeas, idea precursora de la actual Unión Europea y sus posteriores logros en el ámbito diplomático, en la concreción de un parlamento común supranacional y en la unidad monetaria, sin soslayar la preocupación dominante de imprimir a la sociedad en su conjunto, como ya dije, el sello de una espiritualidad laica y de la libertad absoluta de conciencia.

Pilar inquebrantable y pionero de la Masonería Adogmática en el mundo, el Gran Oriente de Francia nos da a través de estas crónicas una visión de sus inquietudes de siempre, las mismas que aún nos inspiran.


Asamblea General del G.´. O.´. de Francia

(16 al 20 de Septiembre de 1946)


Contexto y visión masónica de la época, a través de un extracto editorial de la Revista Verbum


"(...) Cuando parecía que una conquista espiritual, la de la libertad en todas sus modalidades, se había incorporado definitivamente al acervo universal, integrando para siempre el patrimonio político de todos los pueblos, de 1919 a 1939 se opera un cambio radicalísimo en el mundo occidental y advertimos aterrados el espectáculo que da Europa dejando de creer en sí misma y preparando el más incomprensible e inesperado suicidio colectivo, que no otra cosa significa el triunfo del totalitarismo". "Fueron tantos y tan horribles los dolores que a Europa y al mundo les acarreó esta deserción tan vergonzosa como cobarde, que no se puede decir cual sobresalió más, si la audacia de los cínicos o el encogimiento de los prudentes. Lo que hoy es seguro, y la historia lo registra como hecho consumado, es que la humanidad, en un movimiento de regresión enorme, donde florecieron todos los frutos de un atavismo primitivo, salvaje y anti humano, cayó en la cima de la barbarie más criminal. Ahí quedan los nombres de Buchenwald, de Dachau, de Belsen, de Ravensbrück... donde los hombres de 1940-1945, dando salida al monstruo que muchos de ellos llevaban en su ser, con todas las deformaciones morales, nutriéndose de las monstruosidades intelectuales más horribles que conoció la humanidad. La bestialidad original y las perversiones repugnantes se erigen, mediante cuidados sistemas de gobierno, en normas de vida, elevándolas por la violencia, cuya idolatría se exalta hasta el paroxismo, a la categoría de derecho de gentes. Después... el cataclismo bélico que puso al mundo en trance de acabamiento y lo mantiene en peligro de hundimiento (...)" (1)



El Gran Oriente de Francia: de las cenizas a la acción

"Se publicó, en los pasados meses, la memoria (...) de los trabajos de la Asamblea General del Gran Oriente de Francia, convocada y reunida conforme al (...) Reglamento General. Los actos, que se desarrollaron en ocho sesiones, tuvieron lugar en el domicilio social de Paris, 16, rue Cadet".

Primera Sesión:

"Los trabajos fueron abiertos, en el 3º grado, por el H.´. Viaud, presidente del Consejo de la Orden, asistido del M.´. IL.´. H.´. Groussier, G.´. M.´. de Honor ad vitam, y de los miembros del Cons.´., declarando constituida la Asamblea el 16 de septiembre de 1946".

"El Presidente Viaud, después de dar la bienvenida a los 281 delegados de las Log.´. francesas, hizo especial mención de la presencia de los Grs.´. Ms.´. de la Log.´. Suiza-Alpina, del Gr.´. O.´. de Bélgica, Gr.´. Log.´. de Hungría, Gr.´. Log.´. de Yugoeslavia, de la delegación del G.´. O.´. Español en el exilio, de las adhesiones de la Gr.´. Log.´.de Luxemburgo, Gr.´. O.´. de los Países bajos, Gr.´. O.´. de Italia, Gr.´. Log.´. de Dinamarca y Gr.´. Log.´. Nacional de Palestina".

"Dió toda la importancia y relieve que tenía al hecho de la presencia del H.´. Raymond, Sup.´. Gr.´. Com.´. del Rito Escocés de Francia, y del Gr.´. M.´. adjunto, H.´. Charidab, de la Gr.´. Log.´. de Francia".

"Después de evocar el recuerdo de lo que fue el Convento del año anterior, el primero que se celebraba una vez terminada la guerra y expulsado el enemigo que durante cinco años holló el noble suelo de la inmortal Francia, entró de lleno a definir la situación de angustia y de gravedad que el mundo vivía, haciendo alusión a los grandes y terribles problemas que planteaba la preparación de la Paz".


"Cuidó de poner en primer plano y en la línea más avanzada de sus afirmaciones la de que: "Los apetitos se enfrentan, enmascarados tras de las fórmulas ideológicas. Es la gloria y la fuerza de la Masonería no enfeudarse a ninguna de ellas. Los masones saben tener la cabeza fría y el aplomo de sus convicciones está asegurado por la escuadra, el nivel y la plomada".

"Inmediatamente hizo un llamamiento a la atención de todos sobre la importancia de los trabajos que la Asamblea iba a llevar a término, así como de la necesidad de que las deliberaciones fuesen concisas y breves, dadas las notorias dificultades que nacían de la situación en que estaban todos los que habían de permanecer en París durante el tiempo de la Asamblea".

"Exaltó los deberes de la Mas.´. y las esperanzas de que, en los días de corrupción y decadencia en que vivían nuestras naciones, universalmente, los trabajos realizados sirviesen de levadura para la transformación de una sociedad resquebrajada y que por todas partes deja oír los ruidos siniestros del hundimiento".

"Hizo conocer sus esperanzas de que la Francmasonería había de ser nuncio de un porvenir mejor. Afirmando: "Si el desconocido porvenir que nos espera debe ser más sombrío, por lo menos que la ética masónica impida que el mundo perezca en las convulsiones de la desesperanza".

"Tuvo en sus frases finales declaraciones como esta: "Sabemos que a pesar de la derrota militar del fascismo y el nazismo, hay aún por el mundo países "con poco pan y con prisiones a no acabar", como decía el poeta griego Juan Ritsos en su "Carta a Francia". Quedan aún sobre el globo Hh.´. desgraciados y quedan también masones que no han podido aún arrancar completamente de su corazón el egoísmo y el error".

"Terminó con la invocación a la paz y deseando que "este Convento de 1946, haciendo batir al unísono nuestros corazones, a pesar de las inevitables y por otra parte deseables divergencias en las ideas y las opiniones, aporte su piedra al gran edificio de la verdadera liberación política de todos los hombres, nuestros hermanos".

Segunda sesión:

"Tuvo lugar la tarde y noche del 16 de septiembre y se inició con la lectura del escrutinio para elegir Presidente de la Asamblea, mediante votación en la cual tomaron parte 281 representantes, obteniendo el hermano Caron 271 votos, quien, después de los trámites de rigor y posesionado del mallete, hace leer cómo queda constituida la mesa, después de las votaciones para la elección de 1º y 2º Vigilante, Orador, Secretario, Orador Adjunto y Secretario Adjunto y Gran Experto".

"El Vice-Presidente del Cons.´. de la Orden, H.´. Jallefaux, hace el elogio fúnebre de los hermanos fallecidos durante el año, cuya memoria exalta y concluye recordando aquellas palabras de Bossuet: "Nuestra carne cambia pronto de naturaleza, nuestro cuerpo toma otro nombre. Aún el mismo de cadáver, dice Tertuliano, que nos muestra cierta forma humana, no lo posee mucho tiempo. Llega a ser un no sé qué, sin nombre en ninguna lengua, tan cierto es que todo muere en él, hasta esos términos fúnebres conque se expresan los de sus desgraciados restos".

"Rectificando al obispo de Maux, el H.´. Jallefaux exclama: "Nosotros estamos seguros que los muertos resucitan desde que han desaparecido, porque el hombre, el masón sobre todo, cuya vida fue toda acción, sobrevive por sus obras".

"Con este motivo Jallefaux recuerda la unión simbólica de todos los hermanos, lo que es la cadena mística, donde se recogen los eslabones de los que fenecen y se preparan los de los que nos habrán de sustituir, recogiendo los útiles y la antorcha para continuar el trabajo y mantener la luz orientadora, sin desfallecimientos, para retransmitírselos a nuestros sucesores".


"Después se entró de lleno en los trabajos de la orden del día, que trataba de la discusión y aprobación del rapport moral y estadístico del Cons.´. de la Or.´. del que dió lectura el H.´. Bonnard".

"No hemos de hacer ni un ligerísimo resumen de lo que fue el contenido de esta memoria, documento muy notable, porque en realidad hemos de conocerlo a través de lo que diremos al relatar sumariamente los debates mantenidos sobre tal documento".

"Así se ve al H.´. Moreau, recordando las conclusiones votadas en el Convento de 1945-46, pedir un informe detallado sobre la extensión a los Territorios de Ultramar de las leyes laicas de 1905, 1907 y 1908 y explicando que "para poder la Masonería reunir en torno de ella un número siempre creciente de profanos, quisiéramos que tomase posición respecto de los grandes problemas, que se discutiesen otras cuestiones que la puramente masónicas, tales como la de la Unión Francesa, la Constitución, las cuestiones económicas y la política exterior de Francia".

"Son estas observaciones, como los reparos y advertencias que formulan otros HH.´. (...) de carácter predominantemente político (...) como lo demuestra el desenvolvimiento que luego, en sucesivas sesiones, tuvieron estos debates".

"Viaud, el Pr.´. del Cons.´. de la O.´., al dar contestación a las observaciones formuladas o a los cargos dirigidos contra el Cons.´. de la O.´., nos muestra todo el fondo político de los debates, cuidando de mantener una discreta cautela, que no le impide decir: "Esperemos, sin embargo, que gracias a la seriedad de nuestros trabajos, gracias a la difusión de ellos proyectada, a la propagación de nuestras ideas, acabaremos por interesar ante todo a nuestros HH.´. parlamentarios y a los ministros masones o simpatizantes que puedan entrar en el gobierno. Pero temo mucho que, precisamente, no se nos conceda una ayuda total porque nuestros HH.´. están frecuentemente preocupados de su propia situación política y que por ello, la mayor parte, han perdido el camino de los Templos".

"Después de emitir su opinión favorable el H.´. Or.´., el rapport moral y administrativo fue aprobado por unanimidad, menos un voto".

Discusión sobre la reforma del reglamento general: "A propuesta del ponente H.´. Philippe, se discute un voto formulado por la L.´. "L´Internationale", Or.´. de París, en el sentido de preguntar al Conv.´. si es posible aceptar en principio textos cuyo tenor exacto no ha sido sometido a los Talleres para un estudio previo (...) hay una circular (...) que dice: ¿El Convento estima que un estudio de conjunto, y caso afirmativo, la reforma del Reglamento es deseable?

"EL H.´.Soubret, miembro del Cons.´. de la Or.´. desarrolla las razones que han conducido a considerar una reforma del Reglamento, advirtiendo que además del interés de establecer un nuevo Reglamento, en una Masonería nuevamente reconstituída, los numerosos poseedores profanos del Reglamento en vigor en 1939 no tendrían en su posesión más que textos caducados".

"Pero recuerda también que el motivo principal que incitó al Cons.´. de la Or.´. y a la Asam.´. del año último a la reforma o refundición del Reglamento fue la importante cuestión de la unidad masónica, que había sido realizada en los talleres clandestinos: querían proseguirla y realizarla después de la liberación".

"Hace memoria del hecho de que sus primeras circulares no habían sido enviadas a los HH.´. en nombre del G.´. O.´., sino en nombre de la Masonería Francesa, Gran Oriente y Gran Logia Reunidos, que las modificaciones se hacían lo mismo en el Reglamento de la Gran Logia que en el del Gran Oriente, para fusionarlos de tal modo que no hubiese más que un reglamento general medio aceptado por las dos Obediencias".


"Luego, lo rememora el H.´. Philippe, vino la ruptura de las conversaciones, aunque subsistió el trabajo que había hecho la Comisión mixta, que no queríamos dejar que se perdiese. Lo que explica que los tres miembros del G.´. Oriente, con los tres de la Gr.´. L.´. han proseguido su trabajo. Trabajo considerable que el Gr.´. Cons.´. adoptó en sus grandes líneas, ya que de un modo general este reglamento aplica los principios de la Constitución, aunque está redactado bajo una nueva forma".

"Después de una discusión muy breve, a pesar del gran número de oradores que en ella intervinieron, la Comisión, por boca del H.´. Philippe, ponente, propone que se acuerde que no es posible aceptar en su principio textos cuyo tenor exacto no ha sido enviado a los Talleres para un estudio previo, proposición que acepta y sostiene el H.´. Or.´. siendo adoptadas las conclusiones por la Asam.´.

Tercera sesión: Debate sobre la Unión Francesa:

"(...) El importante, interesantísimo y delicado problema que se discute, es objeto de explicación minuciosa y profunda por parte del ponente H.´. Moreau, siendo imposible reproducir in extenso sus alegaciones. Son de una significación excepcional y orientadora desde el punto de vista político francés, trascienden más allá de los límites geográficos de aquel país y llevan en su intimidad problemas de índole universal, ecuménicamente humanas. Quiero o vale decir que en su médula y esencia tienen una valoración masónica muy caracterizada".

"Moreau, después de rechazar el cargo que supone a él dirigido, en una advertencia hecha en la 1ª Sesión, por el presidente del Cons.´. de la Or.´., proclama que para los coloniales hay problemas hoy que trasponen en mucho los límites de ciertas pequeñas querellas de campanario, que están ya fenecidas y que la Masonería, para renovarse, para reunir en torno a ella nuevos profanos, debe tomar posición sobre problemas de importancia capital para Francia.Textualmente explica que":

"Cuando se habla de la Unión Francesa, hay demasiada tendencia a pensar, como ciertos hombres pretendidamente nuevos, que Francia no ha tenido política colonial y casi política hasta después de 1940. Yo hablo -añade- con tanta más libertad cuanto que yo mismo sufrí el régimen de Vichy. Destituído, encarcelado en España, habiendo por tanto cumplido todo ese ciclo de novatadas, puedo criticar con una cierta holgura a los hombres que hoy pretenden que la Tercera República hizo quiebra en el dominio colonial como lo había hecho en el dominio político".


"Para poner de relieve el error, Moreau, con gran conocimiento de los hechos y de los hombres, recuerda esos grandes pioneros coloniales de la talla de Jules Ferry, Paul Bert, Sovorgnan de Brazza, Gallieni y Joffre, que hicieron algo más y muy superior a eso que hoy se llama colonialismo".

"Sin negar los abusos de la fuerza y los excesos del poder que a veces se cometieron, rememora cómo la obra colonial francesa fue generalmente fruto de la persuasión y de la dulzura. Tal el caso de Camboya, que como muchas tierras del África negra y del Extremo Oriente, "libremente se unieron a Francia, porque reconocieron en aquellos grandes hombres de Estado, la Francia inmortal y eterna de 1789, que siempre aman y quieren encontrar de nuevo nuestros administrados".

"Recuerda que Francia no conoció jamás la barrera racista, de color, pudo afectuosamente transportar a ultramar sus principios republicanos, de igualdad y de fraternidad. La mejor prueba es que gran número de hombres de color ocupan hoy en la vida administrativa de la nación, como en la vida política puestos que nadie sueña en disputárselos".

"Después de hacer alusión al comportamiento de todos esos pueblos durante la guerra, sostiene la necesidad de darles algo más que fórmulas vacías de sentido, "que no corresponden a los intereses de esos pueblos ni a nuestro genio tradicional".

"Desear que la Unión Francesa sea vivificada y fortificada por un afecto sincero a los pueblos exóticos haciendo comprender a los indígenas que la igualdad política implica sobre todo una cuestión de civilización. De aquí las jerarquías que hay que establecer en la Unión Francesa. "El título de ciudadano francés, que no implica ninguna superioridad de principio, no puede a pesar de todo pertenecer más que a los formados por la misma civilización".


"No se trata de rehusar todo derecho político a los indígenas, sino pensando en realista, como lo sostuvo el H.´. Eboné, de color, Gobernador general, en la conferencia de Brazzaville, que si es más que conveniente obligado reconocer al indígena, según su grado de evolución las libertades más amplias y substanciales -de prensa, de reunión, de asociación, individuales, no conviene darles derechos políticos más que naciendo y para su país. Es decir, que en el interior del mundo francés, conviene crear el ciudadano de África, el ciudadano de Madagascar, el ciudadano de Indochina, todos impregnados de la misma cultura, la nuestra, de nuestras aspiraciones, de nuestro ideal, y formando un todo que él ha convenido llamar hoy la Unión Francesa".

"Luego de hacer análisis interesante y muy inteligente de lo que suele repetirse: "Habrá una sola ciudadanía en el imperio", demuestra todas las dificultades de ejecución y de aplicación de este empeño, por las diferencias de civilización, cultura, creencias y tradiciones de unos y otros pueblos señalando las muchísimas distancias que separan a un musulmán de un mayache (de Chad, África) en la práctica de sus principios de vida y de sus costumbres y de sus usos regionales".

"El estudio de la situación social y económica de estos pueblos, la necesidad de prestarles eficiente ayuda económica, para el desarrollo de su riquezas agrícolas y mineras, en pleno abandono o descuidadas hasta el olvido".

"Terminó trayendo a cuento las insistentes gestiones que el año de 1945 hicieron él y sus hermanos de África para que el problema de la Constitución de la Unión Francesa fuese inscripta entre las cuestiones a enviar para su estudio a las LL.´. y al final leyó la moción que el Congreso de las LL.´. del África del Norte y la Comisión de Estudios Políticos y Sociales proponen al Convento para que sea adoptado. La conclusión, muy razonada en considerandos luminosos, pide: "la creación de asambleas locales cuyo poderes deliberativos marcharán paralelamente con los progresos políticos y morales de los exóticos; que se preste el debido apoyo financiero para que los servicios sociales, de sanidad y enseñanza sean desarrollados; que el G.´. O.´. de F.´. pida al Gobierno que facilite a la juventud el acceso de nuestras provincias de Ultramar, organizar una enseñanza popular colonial y realizarla por medios que den una savia siempre vigorosa y capaz de producirse sin necesidad de buscar en el extranjero el terreno propicio que no cree encontrar en una metrópoli envejecida".

La cuestión de África del Norte:

"El ponente es el H.´. Bidet que empieza diciendo que al presentar su memoria sobre África del Norte ensayará hacer una exposición complementaria de la del H.´. Moreau. Comienza el H.´. Bidet por felicitarse de que el asunto venga al Convento porque tiene la impresión de que es difícil de hacerse escuchar en la metrópoli cuando se abordan problemas coloniales y desea hacer conocer el ambiente en el cual se vive en África del Norte. Encomia el hecho de que se estudien y planteen estos temas porque la Masonería francesa demuestra que para ella las tierras de África del Norte no son solo una reserva de hombres y un suelo de explotación, sino un conjunto de países en los cuales hay que levantar la condición humana y en los cuales viven pueblos que es necesario conducir a su mayoría de edad".

"Señala y explica la triple importancia de la cuestión: local, nacional e internacional. La exposición de Bidet, tan cuidada como completa, pone de manifiesto la importancia singular, que en la presente coyuntura histórica, adquirió África del Norte y que aumenta de hora en hora. "Francia es indispensable que llegue a tomar en África del Norte una posición tal que sea asegurada, no por el hecho de la presencia actual, sino por haber ganado definitivamente el amor de las poblaciones que allí viven".

"Las causas del malestar que se produce en Marruecos, en Argelia y en Túnez son las mismas, las reacciones de los pueblos son diferentes, por el hecho ante todo de que Argelia comprende tres departamentos franceses, mientras que Marruecos y Túnez son protectorados, donde existe co-soberanía, y su grado de evolución no es igual. De aquí que Bidet denuncie el peligro y combata el error de querer uniformar las soluciones que allí se ensayen, demostrando con ello una ignorancia total de las realidades del problema. "Si se va al corazón del problema, se comprueba que, lejos de un traje de confección, es indispensable vestirlo a la medida".

"¿Cuál es la situación? La cuestión económica la más urgente. En Túnez, en pleno invierno, se ven hombres, mujeres y niños, desnudos y esqueléticos. Hay muertos frecuentes por hambre. (Esta afirmación la apoya el H.´. Casemajon diciendo: En Marruecos también)".


"Hay aún muchedumbres que viven vida nómada. Caravanas que van del Sur al Norte y del Este al Oeste, en busca de alimentos, y viven no vida animal, vida vegetativa. No tienen conciencia de la posibilidad de una evasión. Viven resignadas en un infierno perpetuo: "Es fácil decirse hermano de un musulmán que vive confortablemente en una casa adaptada a la civilización europea. Es difícil de penetrar a los aduares para ir allí a buscar piojos o enfermedades infecciosas. Pero es el gran deber. Allí está el verdadero sentido de la fraternidad".

"Explica después las causas de porqué la minoría inteligente y culta, privilegiada, que Francia formó en África del Norte, la élite autóctona, llega a ser el elemento más peligroso. Poseen títulos y pergaminos que no les sirven para nada, convirtiéndose en resentidos que se transforman en enemigos de Francia".

"Hay que hacer que tengan acceso a los puestos de la administración, pero que sean gentes de todas las clases y condiciones, no las salidas de los condes y de los grandes. Hay que ir al pueblo y buscar a los que aún nos quieren y tienden sus manos hacia nosotros".

"Entra después Bidet en la descripción del estado político y social de aquellos pueblos; de cómo se están engendrando las ideas de independencia en Túnez; lo que fue, como impulsora del sentimiento de la libertad de los pueblos árabes y musulmanes la última guerra, dando a raudales su sangre por Francia "que defendía su independencia y su libertad".

"No es hacedero reproducir aquí las palabras y sentimientos vertidos por Bidet. Son un estudio sagacísimo de la psicología étnica y de los sentimientos populares, con un conocimiento perfecto de la realidad que examina y expone. Seguramente que mucho de lo dicho por Bidet contribuyó a que en la Asamblea Nacional, al tratar el problema de la Unión Francesa, se hiciesen argumentos y defensas apoyados con las tesis vertidas en el Convento del G.´. O.´. de Francia, y que desde la amplia sala de la rue Cadet cayeron como mazazos en las grandes salas del Palais de Bourbon".

"Las conclusiones, amplias, razonadas y muy estudiadas terminan con estas frases rotundas y categóricas, inspiradas en un gran sentimiento de amor humano: El Convento está convencido de que emprendiendo resueltamente su acción creadora hacia la democracia política, económica y social y con sentido humano, Francia mantendrá entre ella y África del Norte, en la comunión de los cerebros y la paz de los corazones una atmósfera de confianza, de estima y de afección recíprocas".

Un comentario: "Con lo que hemos venido resumiendo, sin entrar en mayores detalles ni reproducir el texto de otros discursos, cuya importancia, aún siendo grande, no modifica el alcance, significado y valor de estos debates, podemos resumir esta parte de nuestro estudio diciendo, que lo tratado en el Convento de la rue Cadet de París, en la mañana del 17 de septiembre de 1946, tiene un interés masónico excepcionalísimo desde el punto de vista humano, no siendo menor el que ofrece al plantear, sin formular el propósito ni tal vez perseguirlo, el problema de la unidad de acción masónica continental en África. Se produce así, con ese sincronismo conque aparecen por inesperados caminos los grandes acontecimientos históricos, la fuerza de unidad y de acción conjunta que está insinuándose en el alma de la Orden".

"En confirmación y como probanza de lo que acabamos de escribir, traduciremos las palabras con que el Pr.´. del Conv.´. de la Or.´. el H.´. Viaud, cerró la sesión, al poner a votación las mociones de Moreau y de Bidet, diciendo: "El Cons.´. de la Or.´. no puede por menos de felicitarse al haber accedido al deseo expresado por sus miembros representantes de ultramar y en particular de África del Norte. Ellos nos permitió asistir a un debate donde hemos sentido planear verdaderamente un ideal masónico". "Va de sí que estos votos, que se completan el uno al otro , van a ser adoptados por esta Asamblea , y no tengo de ello duda y que el Cons.´. de la Or.´., que se asocia también a ellos, hará todo lo que sea posible para que la luz de sus enseñanzas iluminen más allá de este Templo".