Es: Tratado: ¡¡¡ TODOS SOMOS REGULARES !!!

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¡¡¡ TODOS SOMOS REGULARES !!!

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No se puede negar que la masonería, o las masonerías, están en tiempo de mudanza, como sociabilidad avanzada que pretende llegar a ser.

De un tiempo a esta parte la masonería, sobre todo la continental y en concreto la francesal, ha tenido tiempos complicados en los cuales se ha dado paradigmas curiosos y que podríamos situar en:

1º- La casuística que hace quede la mano de un Maestro masón del Gran Oriente de Francia, que se transmuta en mujer,(Olivia Chaumont) da un vuelco determinante a los eternos y beligerantes debates sobre la inclusión de la mujer en los trabajos masculinos en el seno del Gran Oriente de Francia (GOdF), convirtiéndose este organismo de la noche a la mañana, en una singular organización masónica de carácter mixto.

2º- El monolítico bloque masónico «regular» francés entra en crisis, y su organización referente la Gran Logia Nacional Francesa (GLNF) salta en pedazos abriendo una profunda herida en el seno de la comunidad «regular» dándose paralelamente otros muchos debates sobre reconocimientos, búsqueda de referentes, nuevas opciones de organización, etc.

3º- Otro pequeño cataclismo, pero de carácter «hexagonal» es lo que ha acontecido estos días en la Rue Cadet, sede del Gran Oriente de Francia, donde se han dado dos acontecimientos que presagian la fractura de viejos moldes. En estos días en la sede del GOdF se ha celebrado el Debut de Recontres Lafayette, en cuyo seno se han encontrado miembros del GOdF y de la GLNF.

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Acto que ha venido refrendado además, por la firma de un Tratado de Amistad en el Rito Francés (RF), entre dos altas organizaciones como es el cuerpo que representa el RF en la GLNF (regular), y el Gran Capitulo General de RF del GOdF,(liberal) cuyo contenido ignoro por completo, en todo caso como vulgarmente se dice con todo ello se ha puesto «una pica en Flandes».

5º- tiene que ver con el panorama editorial francés en el cual se ha dado otro pequeño cataclismo, que nos llega de la mano del reciente trabajo del estudioso Roger Dachez, que ha publicado un pequeño libreto titulado: Franc-maçonnerie: regularité et reconnaissance. Historie et postures.

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Tal vez al subtitulo debiera llevar más provocación o más miga y sugiero algo así como: imposturas e impertinencias, puesto que Roger Dachez nos deja claro en las 138 páginas del libro la compleja historia de conceptos como la «regularidad» y los «reconocimientos» y sus proyecciones tanto en el personal masónico como en las Obediencias.

Leyendo el libro, uno no deja de pensar en la ironía acerca de nuestro trabajo y no dejo de pensar en que «menos mal que los masones nos dedicamos a la reflexión y la prospectiva», porque leyendo el pequeño manual que nos ha dejado Roger Dachez, ello no nos deja, a unos y otros, en buen lugar en cuanto al capítulo de encuentros y desencuentros y la tendencia a absolutizar las cuestiones reduciendo la propia identidad masónica o hacerla universal, confundiendo términos y conceptos.

En todo caso frente a las cuestiones de regularidad indicar que son más bien una cuestión del siglo XX, que llega a contaminar al GOdF que en el 2002 empieza a hacer aparecer en sus textos oficiales como «potencia simbólica regular y soberana», cuando antes solo lo hacía como «potencia simbólica y soberana».

Dándose además un paradoja al confundir o asimilar términos como «regularidad» y «tradición» cuando el término «regular» distingue simplemente a los masones normales que conforme a un ¡estatus reconocen una autoridad oficial y por tanto es hacer administrativo y disciplinario, alejado de otras cuestiones que se suelen asimilar, pues por ejemplo en el siglo XVIII en Inglaterra un masón regular no es un masón dogmático en oposición aun masón liberal como hoy planteamos, sin perder de vista que la los padre fundadores de 1717 ignoramos cuándo, cómo y dónde fueron iniciados masones, por poner un ejemplo.

Por otro lado indicar que este libro, muy interesante por las referencias históricas, debía ser de obligada traducción y presencia en las logias, para el mayor conocimiento del pueblo masónico, pues al leerlo uno se da cuenta de donde estamos tras la confusión de concepto y desarrollo que bien nos cuenta Roger Dachez con documentado apoyo histórico y cuyo resumen de acciones pueden definirse así:

1- La regularidad, es una noción introducida por los ingleses en un vocabulario masónico y recogido en Francia en el siglo XVIII, Designaba inicialmente según el sentido natural del término. La conformidad con las obligaciones administrativas de un Hermanos y su logia, y en el caso de una Gran Logia el reconocimiento y autoridad en beneficio de las obras e ayuda mutua.

2- A finales del siglo XIX, deviene la potencia masónica única del primer Imperio, que dispone de 4 Logias en las cuatro esquinas del mundo en reacción a la decisión del Convento del GOdF de 1877, dada su importancia Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUA) precisa desde tiempo inmemorial el primer ladmarks de la creencia en Dios.

3- Por primera vez en 1913 la GLUA firma un acuerdo con la Grande Logia de Francia, y reconoce a la Grande Logia Nacional Independiente y Regular (futura GLNF) desde entonces la masonería «reconocida» por Londres deviene en un uso como «masonería regular».

4- Dado que aparecen varias Grandes Logias independientes la GLUA precisa por primera vez una doctrina al respecto Basic Principles of Recognition de 1929, según las convicciones al uso: Creencia en un Ser Supremo y el Volumen de la Ley Sagrada. En 1952 la Conferencia de Grandes Maestros de América del Norte estipula: Standards of Recognition donde lo más sensible es la creencia en Dios.

5- Esta doctrina es tomada de un texto de 1949 Amis and Relationsships of the Craft que repite en parte lo expuesto en Basic Principles. Después de la guerra numerosas grandes Logias deciden aceptar esta doctrina para obtener el reconocimiento de Londres que será lo que en adelante entenderemos como «masonería regular».

6- El «reconocimiento» no es la «regularidad», pese al uso intensivo por parte de las Grandes Logias del apelativo de «regular» o se presume de ello, sin que ello se altere la relación con una logia tenida por irregular, por relaciones de inter-visitas.

7- Esta consideración de «regularidad» es reivindicada por el 90% de la masonería mundial, no siendo la comunidad de Grandes Logia homogéneas, y muchas de ellas con reconocimiento con Londres no se reconocen entre ellas y no precisamente en base a Basic Principles of Recognition 1929.

8- El carácter desenvuelto y provocador del concepto «regularidad» es doble y no muy preciso y será condenable, y sería más riguroso y favorable y en un clima sereno, que las Grandes Logias reconocidas por Londres, calificaran su masonería según el espíritu que les confiere su trabajo: tradicional, espiritual, iniciática o humanista, liberal, adogmática, o laica. Etc.

Por tanto fuera de los Basic Principles of Recognition 1929. la «regularidad» no es un valor en sí mismo, no ennoblece a quien así se reclama, es un tema descriptivo y técnico que nada indica más allá de que sea reconocido un organismo por Londres o sus amigos, por tanto es una maldad pensar en la «masonería regular» no tiene tachas y es enteramente iniciática, tradicional y espiritual, contraponiendo que una «masonería social» es el ejército de Pancho Villa, olvidando lo que se decía en 1726 de que los tres principios de la francmasonería eran el ¡ Amor fraternal, la beneficencia y la Verdad.¡

Cuestiones que aún hoy en el siglo XIX no parece que hayamos entendido muy bien.

He dicho. Víctor Guerra MM.:.