Es: Tratado: ¿Qué venimos hacer a la logia ?
¿Qué venimos hacer a la logia ?
Bueno será empezar el año con una reflexión, y que mejor que la que nos propone el Hermano Jean van Win, sobre ¿Qué hacer en Logia?
Cuestión a la cual a buen seguro que seguirán sus buenos discursos para justificar el habernos hechos masones, del porqué y para qué… y es verdad que cada masón respondiendo a sus estructuras orgánicas le ha ido dando la vuelta hasta volver a veces irreconocible el hecho de algo sencillo, como la respeusta que se da en todos los rituales. Tal vez a unos nos gusten menos esos planteamientos, y estemos más de acuerdo con otros más modernos o más modernistas, posiblemente fuera de los ámbitos puramente masónicos, y más sujetos a otros objetivos más del tipo paramasónicos, como nos abrogan ... o tal vez haya que rebobinar más hacia los que nos dicen los Rituales, e ir más allá a partir de ellos, y no seguir consignas o estrategias políticas-masónicas.
En todo caso les dejo con la reflexión simple y sencilla del hermano y amigo Jean van Win.
El examen de estas dos cuestiones es importante por dos razones. La primera para determinar si es tradicional, es decir, si es parte del corpus doctrinal de nuestra fraternidad, o si es uno de esas innumerables adiciones fantásticas de generaciones de hermanos que han ido poblando todas nuestras prácticas. La segunda cuestión es tratar de encontrar las respuestas sobre las razones por las cuales se creó la Fraternidad masónica, cuales eran sus objetivos y por tanto saber realmente cual es su origen.
Los rituales más antiguos se remontan a antes de 1770, y son muy raros. Las divulgaciones posteriores a 1760 especialmente las francesas para el período 1730-1760, nos dan indicaciones precisas sobre los auténticos rituales y sus orígenes. La huella más ritual más antigua que he encontrado ritual es 1738, es la divulgación: « La Réception Mystérieuse »:
- P: ¿ Usted que viene a hacer aquí?
- R: Yo no aspiro a seguir mi propia voluntad, sino más bien he venido a superar mis pasiones, siguiendo los preceptos de la masonería y hacer un progreso cada da en esta profesión.
En 1745, o bien 7 años más tarde, la divulgación "Le Sceau Rompu" nos aporta la siguiente respuesta:
- P: ¿Qué viene hacer usted aquí?
- R: Vencer mis pasiones, someter mis deseos y realizar nuevos progresos en la masonería
Por último, divulgación« La Désolation des Entrepreneurs Modernes », publicada en 1747, dice:
- P: ¿Qué viene usted hacer aquí?
- R: Conquistar mis pasiones, presentar mis deseos y progresar más más en la masonería.
La misma idea se expresa de forma diferente en los albores de la masonería francesa, y en efecto así es pues lo encontramos en 1749 en «Le Nouveau Catéchisme » de Travenol que dice:
- P: ¿Cuáles son los deberes de un masón?
- R: Huir del vicio y practicar la virtud.
El tema russoniano del vicio y la virtud era muy popular en el momento. Y tal cuestión se expresa en la siguiente respuesta:
- P: ¿Qué haces en la logia?
- R: Cavamos cárceles para el vicio y levantamos templos a la virtud.
Este tema aparece ya en 1749, conjuntamente con el de las pasiones que hay que vencer, y el progreso a realizar. Y que encontré en un ritual inédito de 1758 y que publiqué en la revista Acta Macionica :
- P: Qué viene hacer un Mason en Logia ?
- R: Viene a vencer sus pasiones, a someter su voluntad y hacer nuevos progresos en la masonería.
Estas dos cuestiones conjuntas, o separadas se encuentra con gran constancia en la masonería en tiempos de Louis XV. El primer ritual rectificado que data de 1778, menciona en la primera sección dedicada al Aprendiz Masón en base a preguntas y respuestas, lo siguiente:
- P: ¿Qué viene usted hacer en logia como Aprendiz?
- R: Vengo a aprender a vencer mis pasiones, a someter mis prejuicios, someter mi voluntad y a realizar nuevos progresos en la masonería.
También se encuentra "Recueil précieux de la Maçonnerie adonhiramite» de Guillemain de Saint Victor, en 1783-1785. Y en el ritual de la masonería francesa 1788, bajo el nombre de "Recueil des 3 premiers gardes publié par un ex-Venerable d´une loge régulière" . Finalmente, tanto el "Régulateur du Maçon" de 1801, que concretiza la liturgia ritual francesa del siglo XVIII, como la "Guie des Maçons Ecossais" de 1804 publicada entre 1814 y 1820 mencionan la mismas réplicas.
Y luego, tanto las ediciones siguientes escocesas como francesas, siguen manteniendo la triple respuesta: "vencer mis pasiones, someter mi voluntad, y hacer progresos".
En conclusión, el estudio de la historia de la masonería y sus rituales demuestra, una vez más, la alta consistencia de estas dos réplicas. Esta constancia revela de una parte son no solo tradicionales sino que además reflejan una preocupación doctrinal fundamental.
Entonces ¿Por qué esta preocupación?
Es claro y rotundo que ello es evidentemente de orden moral. Régulateur de 1801 insiste en el examen de la vida y de someter la voluntad la moral de la propuesta, sino además también su carácter, la naturaleza de sus tendencias habituales, de sus defectos, sobre todo de sus vicios. Los informes de los tres comisarios (aplomadores) deben ser favorables en todos estos aspectos.
Esto bien entendido, por supuesto, bajo la clásica definición dada por la masonería inglesa del siglo XVIII, a saber: "La masonería es un sistema específico de moralidad, velado por alegorías e ilustrado por símbolos".
Moral: Esto conduce a un hallazgo significativo. El objeto de la masonería es de orden moral, y nada más.
Por tanto la fraternidad masónica no es conocimiento objeto de Dios, más bien objeto de las religiones. La fraternidad no tiene por objeto el conocimiento del mundo, su origen, su funcionamiento ni su posible propósito: esto pertenece al ámbito de las ciencias. La fraternidad no tiende en absoluto a la mejora de la economía o de la política, ya que ello cae dentro de la organización civil del hombre.
El objeto de la masonería es hacer un hombre libre de buenos modales que inicialmente se equipara a una piedra bruta, desde la cual construir un hombre moralmente desarrollado, comparable a una piedra tallada, capaz de encajar en la construcción de un templo digno de recibir al Gran Arquitecto.
Todos los grados conferidos, en todas las escalas iniciación de la francmasonería, tienen esa misión continuar todo propósito moral y nada más.
Tiene por misión mostrar o evidenciar una virtud en particular (la lealtad, el coraje, la abnegación, la perseverancia, la templanza, la fortaleza, la justicia, la clemencia, la humildad, la fe, esperanza, la caridad, etc ...) a la vez que se fustigan y destruyen los vicios, como la ambición, la codicia, la envidia, el despotismo, la intolerancia, el dogmatismo obtuso.
El objetivo último del anti-vicio hace el sujeto de los grados negros masónicos llamados "grados de venganza", aquellos que Willermoz no había absolutamente comprendido. Debe de haber leído muy poco a San Bernardo, que es claro en cuanto a nuestros deberes para con los enemigos de la virtud. Paleta en una mano, por supuesto, pero la espada en la otra!
El aumento de un capital moral en el hombre lúcido está determinado por las iniciaciones sucesivas a través de dos obligaciones: primero, por la exaltación de la construcción de las virtudes en favor del bien, y luego, por la execración y demolición de los vicios, y por lo tanto, de mal.
Y anotemos bien que se trata de hacer, no sólo de hablar.